En psicología siempre se habló de síntomas, por similitud con la medicina. También se consideraba a veces que la cura consistía en la eliminación de esos síntomas.
En general los problemas y dificultades psíquicas se originan en algo que no es evidente (como muchas veces sucede en el campo médico). Pero a diferencia de las enfermedades que se manifiestan en el cuerpo, los síntomas psíquicos pueden ser consecuencia de algo muy distinto de lo que las apariencias harían suponer.
Por supuesto que nuestras psicoterapias conducen a la reducción o a la desaparición de los síntomas , pero esto será siempre el resultado de un trabajo profundo en otros niveles. Si un tratamiento tuviera como único objetivo eliminar los síntomas, sería como tomar en forma crónica un calmante, en vez de curar la enfermedad que los produce.
Los síntomas nos advierten que algo no anda bien en nuestros procesos psíquicos (como lo hace un dolor en el cuerpo), y muchas veces aparecen cuando estamos viviendo de una manera equivocada. Entonces, por medio de la psicoterapia es posible hacer que la vida del paciente cambie para ser más satisfactoria, más placentera, más grata. Esto no necesariamente requiere cambios externos, sino por ejemplo, una nueva manera de relacionarse con los demás y consigo mismo. Estas transformaciones se logran paulatinamente gracias a una psicoterapia práctica que va inaugurando formas diferentes de vivenciar.
Psicólogo Eduardo Naidich